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En esta Cartografía literaria, el escritor Luis Miguel Rivas nos lleva, con su característico humor, a visitar una de las esculturas más conocidas de la ciudad y uno de los parques más concurridos del centro de Medellín. El relato por medio del cual lo hace se titula «La reina de la espera», que hace parte de su libro Más tareas no hechas (Seix Barral, 2023). Esta obra recoge una serie de relatos y crónicas que bien pueden ser periodismo o bien pueden ser ficción o ninguna de las dos, y que recopila instantáneas urbanas que lo impactaron sin tener muy claro un porqué.
En el fragmento seleccionado, el autor nos sumerge en la cotidianidad del centro de la ciudad, específicamente en la intersección de la calle Colombia con el Parque de Berrío. El protagonista de la historia, tras una espera infructuosa junto a la famosa escultura conocida como la «Gorda de Botero» (Torso de mujer, 1986), decide adentrarse en el bullicio del parque, donde termina participando improvisadamente en el espectáculo de un mentalista callejero.
El Parque de Berrío, escenario principal del pasaje, representa la evolución histórica de Medellín. Comenzó como plaza mayor de la Villa de la Candelaria hacia 1675, posteriormente plaza de mercado (1784), y luego Parque de Berrío (1895) con la inauguración de la escultura en honor a Pedro Justo Berrío. Durante poco más de la mitad del siglo XX fue epicentro de la pujanza industrial antioqueña. Hoy es un lugar de tránsito y ventas ambulantes que comparte su histórico espacio con una de las estaciones del Metro.
«“A la Gorda de Botero nunca le ha llegado la persona con la que se tenía que encontrar y sigue ahí, tranquila, sin mirar la hora, impasible en medio del ajetreo de la calle Colombia y del agite de la zona más agitada de la ciudad; doscientos cincuenta kilos de paciencia neta", me dije esa tarde, ahí, recostado en el muslo derecho de la Gorda, mientras Doris no llegaba. “¿Entonces qué hago yo preocupándome por quince minutos de retraso?", seguí pensando, y la reflexión sirvió para distenderme un poco pero no para hacer que Doris apareciera. Porque nunca llegó.
»Cuando me cansé de esperar y me di cuenta de que no tenía nada para hacer porque había apostado todo mi futuro inmediato a ese encuentro frustrado, crucé la calle Colombia y seguí por el Parque de Berrío, a la deriva. Me metí entre la gente de un corrillo que se había formado frente a las escaleras de la estación del metro. Un mentalista demostraba sus poderes telepáticos y en el preciso momento en que llegué dijo que necesitaba un voluntario para hacer una prueba. No recuerdo si me señaló o yo mismo, en medio del desparche, me ofrecí, pero el caso es que a los diez segundos estaba en todo el centro del gentío, con los ojos vendados y sacando cartas de un Mazo que el mentalista ponía en mis manos».
Título: Más tareas no hechas
Autor: Luis Miguel Rivas (1969)
Editorial: Seix Barral
Año: 2023
Páginas: 103-107